viernes, octubre 22

Tenías que venir a mi vida - Eusebio Ruvalcaba

Llegaste a mi vida cuando daba
todo por sentado,
cuando descubría en los guijarros más despreciables
un fiel retrato de mi existencia.
Qué monótona transcurría para mí
la jornada diaria,
que para otros hombres es cúmulo
de emociones.
Fumaba y bebía
con la placidez de un hombre que mira
pasar el devenir
como la inamovible ruta de las nubes.
Había más alegría y esperanza de vivir
en un amasijo de varas impelido por el viento
que en cualquier palabra salida de mi boca.
Entonces llegaste tú.
Con esa indolencia trágica que parece
rubricar
cada acto de tu vida.
¿Debo aclarar que significaste para mí
lo que el agua para el sediento,
el oro para el gambusino?
No me resta energía
para seguirte de una esquina a otra.
¿Cuánto tiempo durará esto?

Eusebio Ruvalcaba - El frágil latido del corazón de un hombre