viernes, julio 16

Sábado

Leí en el reader una invitación a un concurso de cuento y me dieron ganas de escribir uno. Luego vi que eran 100 páginas de cuentos. Me desalenté un poco, nunca he escrito buenos cuentos.

Hay quien dijo que se uno bien se puede dedicar a escribir poesía cuando no sabe escribir bien en prosa. No lo creo para nada. Pero un fenómeno similar me ocurrió. Necesitaba escribir algo, lo que fuera y mis cuentos eran (son) en general pésimos. Pésimos no sólo en la forma y redacción, sino en que son soporíferos y si no son soporíferos son cursis.

Alguna vez escribí un cuento, perfecta y pendejamente cursi, que, por mero amor propio, no enlazaré... tuvo muchísimo éxito. Nunca un texto de este blog ha tenido tantos comentarios y de gente que nunca he conocido. Eso me puso un poco triste.

Quiero experimentar. Yo no creo ya en la trama, no soy hábil para el entramado silencioso de un cuento fugaz que deje al lector sin aliento. Me parece una artesanía irrealizable.

Quiero experimentar. Quiero destruirlo todo nuevamente.

Ya se me ocurrirá algo...