sábado, junio 19

La isla desconocida - José Saramago [Fragmento]

Entonces el hombre fijó la rueda del timón y bajó al campo con la hoz en la mano, y, cuando había sesgado las primeras espigas, vio una sombra al lado de su sombra. Se despertó abrazado a la mujer de la limpieza y ella a él, confundidos los cuerpos, confundidas las literas, que no se sabe si ésta es la de babor o la de estribor. Después, apenas el sol acabó de nacer, el hombre y la mujer fueron a pintar en la proa del barco, de un lado y de otro, en blancas letras, el nombre que todavía le faltaba a la carabela. Hacia la hora del mediodía, con la marea, La Isla Desconocida se hizo por fin a la mar, a la búsqueda de sí misma.


[José Saramago, La Isla Desconocida. Traducido por Pilar del Río (Madrid: Punto de Lectura, 2006).]