sábado, mayo 29

Vuelta a mi primer Cioran - Savater [fragmento]

Porque entonces yo acababa de emprender nada menos que toda una tesis doctoral sobre Cioran, paradójico cumplimiento de aquel propósito inicial -el primero de mi vida literaria- consistente en centrar sobre su obra el más personal y arrebatador de los libros. La decisión de escribir una tesis ya resultaba en sí misma de rango heroico y a la vez humillante: se trataba de acatar el rito iniciático que podía resultarme más opuesto para tener derecho a formar parte de la tribu a la que menos deseaba pertenecer. Dicho sea de una vez por todas: me desagrada la seriedad académica de los profesores de filosofía y de sus alevines, la timorata y pretenciosa suficiencia de sus asideros bio-bibliográficos, sus notas a pie de página, sus incomprensibles rencillas de tarados, su enemistad gruñona con todo lo que reluce... Sigo pensando lo mismo hoy que ya soy uno de ellos (aunque nunca me han reconocido del todo como un de los suyos, favor que me hacen, porque para mi vergüenza sé muy bien lo que soy) que cuando tenía dieciocho años odiaba hasta el ridículo retintín bizantino de la palabra catedrático.

Fernando Savater, Despierta y lee (México: Alfaguara, 1999): 230-31.

martes, mayo 25

Promotiefilmpje Justus Lipsius

Waking Life - Lucid Dream

Ese maldito yo - E.M. Cioran (fragmento)

En un pueblo hindú dedicado a la producción de chales de cachemira, un industrial europeo pasó una temporada examinando los procedimientos que inconscientemente empleaban los tejedores. Tras haberlos estudiado a fondo, creyó oportuno revelárselos a los interesados, quienes perdieron así la espontaneidad, dejando de ser excelentes obreros. El exceso de deliberación perjudica a todos los actos. Disertar demasiado sobre la sexualidad equivale a sabotearla. El erotismo, plaga de las sociedades crepusculares, es un atentado contra el instinto, es la impotencia organizada. No se reflexiona sin riesgo sobre las proezas que no necesitan la mínima reflexión. El orgasmo jamás ha sido un acontecimiento filosófico.


Hieronymus Bosch, (¿1480?) El jardín de las delicias [Detalle]


E.M. Cioran. Ese Maldito Yo. Traducido por Rafael Panizo. 3a. Ed. Barcelona: Tusquets,1994.



sábado, mayo 22

Imagen de Lipsio



Me he reído de esta imagen, pero nunca publiqué de donde diablos la saqué.

Es un grabado hecho en 1591 por Bartholomeus Dolendo. Se llama Retrato de Justo Lipsio a los 43 años de edad. Lipio muestra con la mano derecha la Politica (Politicorum sive Civilis Doctrinae libri sex. Qui ad Principatum maxime spectant).

En fin, la imagen fue obtenida de:

López Poza, Sergio. “La Política de Lipsio y las Empresas políticas de Saavedra Fajardo”. Res Pública 29 (2008): 209-234.

Fragmentos de insomnio por pendejez



I

Vladimir no esperaba nada de lo que pasó después: Un inicio mediocre para un cuento vacío.

- ¿Soy yo quién se lleva las palmas o es el hastío de la madrugada? - Se preguntó al salir de la habitación.

II

2 de la mañana. Se levanta la ciudad. Siempre estaba atenta a nuestros movimientos. A la charla casual sin sentido, a la respuesta tentativa, al deseo incesante de destruir el hastío...

¡FUGA!
Esas letras fueron eliminadas. Fueron destruidos los .txt que guardaban el peso de estos dedos tan desvelados, tan ojerosos. Fueron poco a poco cayendo en un abismo dentro del disco duro, dentro de la pornografía de sombrero alón, dentro de ti, de mí y de un cuervo rosado lleno de chocolate.

III
Oh, Coltrane. Mi único amigo. Bendito seas por ti mismo. Que las tinieblas, los mechones, los soniditos, las mulas, los reguetón tiemblen ante tu santo nombre.
Santo eres en verdad. Por medio de unos audífonos de alta fidelidad y aislados las heces del exterior tu palabra resonará como mil campanas. Mil campanas asincompadas.

IV

Los hombres construían templos, adoratorios, para el tintineo metálico...
Y una rueda que gira a gran velocidad. El exitante tintineo de las máquinas. Miles de piedras caen sobre una caribe 74. Rayos implacables fulminan unas bocinas con los bajos elevados. 4000 ángeles con espadas de hierro y armaduras de fuego descabezan los mofles de una motocicleta a toda velocidad conducida por un ebrio. Cientos de soldados emanados de la noche destazan a 7 borrachos y se bañan en sus vísceras.

El paisaje es fabuloso.

V

Una milonga loca.
Vibra.
Caen todas
las gotas
de
mis
hojas


VI
Mensaje Ardido:

Ojalá te diviertas.

VII
No hay forma.
¿De qué?De dar forma a la forma.

VIII

Lips-io: Nuevo antro gay en la ciudad.


IX

El calor sofocante. El sonido imparable. Silencio frío en un cajón madera.

X
Proyección:

Anciano sentado en una mecedora presumiendo a sus copañeros de espera lo mucho que vivió.

Él miente.

Sus interlocutores también.

No importa. A nadie le importaría si alguno de ellos amaneciera muerto.

XI

Escribo sin parar. El sueño me aterra. El silencio es una masa esponjosa y gris que te come las entrañas. Entra por tus fosas nasales, sale por los demás orificios, e inicia el ciclo de nuevo.

viernes, mayo 21

Profanaciones de Gigorgio Agamben [detalle]

Este texto fue obtenido íntegramente de:

Agamben, Giorgio. Profanaciones. Editado por Fabián Lebenglik. Traducido por Flavia Costa y Edgardo Castro. Buenos Aires: Adriana Hidalgo, 2005.


"

Quien tiene alguna familiaridad con la historia de la fotografía erótica sabe que, en sus comienzos, las modelos ostentan una expresión romántica y casi soñadora, como si el objetivo las hubiera sorprendido, no visto, en la intimidad de su boudoir . A veces, perezosamente rumbadas sobre un canapé, fingen dormir o hasta leer, como en cierras desnudos de Braquehais y de Camille de Olivier; otras veces, el fotógrafo indiscreto las ha sorprendido justo mientras, solas consigo mismas, están mirándose en el espejo (es la puesta en escena preferida por Auguste Belloc).

Pronto, no obstante, de la mano de la absolutización capitalista de la mercancía y el valor de cambio, su expresión se transforma y se vuelve atrevida, las poses se complican y se mueven, como si las modelos exageraran intencionalmente la indecencia, exhibiendo, de este modo, su conciencia de estar expuestas al objetivo.

Pero es recién en nuestra época que este proceso alcanza su estadio extremo. Los historiadores del cine registran como una novedad desconcertante la secuencia de Monika (1952), en la cual la protagonista Harriett Andersson mantiene de manera imprevista la mirada fija por algunos segundos en el objetivo ("aquí por primera vez en la historia del cine", comentará retrospectivamente el director, Ingmar Bergman, "se establece un contacto descarado y directo con el espectador").

Desde entonces, la pornografía ha vuelto ciertamente banal el procedimiento: las pornostars , en el acto mismo de practicar sus caricias más íntimas, miran ahora resueltamente al objetivo, mostrando que están más interesadas en el espectador que en sus partners .

De este modo se realiza plenamente el principio que Benjamin había ya enunciado en 1936, mientras escribía el ensayo sobre Fuchs, es decir que "aquello que en estas imágenes
funciona como estímulo sexual, no es tanto la visión de la desnudez, como la idea de la exhibición del cuerpo desnudo delante del objetivo". Un año antes, para caracterizar la transformación que sufre la obra de arte en la época de su reproducibilidad técnica, Benjamin creó el concepto de "valor de exposición" (Ausstellungswert). Nada mejor que este concepto podría caracterizar la nueva condición de los objetos y hasta del cuerpo humano
en la edad del capitalismo realizado.

En la oposición marxiana entre valor de uso y valor de cambio, el valor de exposición insinúa un tercer término, que no se deja reducir a los dos primeros. No es valor de uso, porque lo que está expuesto es, en tanto tal, sustraído a la esfera del uso; no es valor de cambio, porque no mide en modo alguno una fuerza de trabajo.

Pero es quizás sólo en la esfera del rostro humano que el mecanismo del valor de exposición encuentra su lugar propio. Es una experiencia común que el rostro de una mujer que se
siente mirada se vuelve inexpresivo. La conciencia de estar expuesta a la mirada hace, así, el vacío en la conciencia y actúa como un potente disgregador de los procesos expresivos que
animan generalmente el rostro. Es la indiferencia descarada lo que las mannequins , las pornostars y las otras profesionales de la exposición deben, ante todo, aprender a adquirir: no dar a ver otra cosa que un dar a ver (es decir, la propia absoluta medianía).

De este modo el rostro se carga hasta estallar de valor de exposición. Pero precisamente por esta nulificación de la expresividad, el erotismo penetra allí donde no podría tener lugar: en el rostro humano, que no conoce desnudez, porque está siempre ya desnudo. Exhibido como puro medio más allá de roda expresividad concreta, se vuelve disponible para un nuevo uso, para una nueva forma de comunicación erótica.

Una pornostar, que hace pasar sus prestaciones por perfórmances artísticas, ha llevado recientemente al extremo este procedimiento. Se hace fotografiar en el acto de cumplir
o padecer los actos más obscenos, pero siempre de modo que su rostro sea bien visible en primer plano. Y en vez de simular según la convención del género, el placer, ella afecta y exhibe -como los mannequin s- la más absoluta indiferencia, la más estoica ataraxia. ¿A quién es indiferente Chloe Des Lyces? A su partner, ciertamente. Pero también a los espectadores, que se enteran con sorpresa que la estrella, incluso sabiendo perfectamente que está expuesta a la mirada, no tiene con ellos la más mínima complicidad. Su rostro impasible despedaza así toda relación entre la vivencia y la esfera expresiva, ya no expresa nada, pero se deja ver como lugar inexpresado de la expresión, como puro medio.

Es este potencial profanatorio lo que el dispositivo de la pornografía quiere neutralizar. Lo que es capturado en ella es la capacidad humana de hacer girar en el vacío los comportamientos
eróticos, de profanarlos, separándolos de su fin inmediato. Pero mientras ellos se abrían, de este modo, a un posible uso diferente, que concernía no tanto al placer del partner, como a
un nuevo uso colectivo de la sexualidad, la pornografía interviene en este punto para bloquear y desviar la intención profanatoria.

El consumo solitario y desesperado de la imagen pornográfica sustituye, así, a la promesa de un nuevo uso. Todo dispositivo de poder es siempre doble: él resulta, por un lado, de un comportamiento individual de subjetivación y, por el otro, de su captura en una esfera separada.

El comportamiento individual en sí no tiene, a menudo, nada censurable y puede expresar más bien un intento liberatorio; es reprobable eventualmente -cuando no ha sido constreñido
por las circunstancias o por la fuerza- solamente su haberse dejado capturar por el dispositivo. Ni el gesto descarado de la pornostar, ni el rostro impasible de la mannequin son, como tales, reprochables: son infames, en cambio –políticamente y moralmente- el dispositivo pornografía, el dispositivo desfile de moda, que los han apartado de su posible uso.

Lo Improfanable de la pornografía -todo improfanable se funda sobre la detención y sobre la distracción de una intención auténticamente profanatoria. Por esto es necesario arrancarles a los dispositivos -a cada dispositivo-la posibilidad de uso que ellos han capturado. La profanación de lo improfanable es la tarea política de la generación que viene.
"

lunes, mayo 10

Este debería ser EL poema

La primera canción que oí a los 20 años fue Calypso Facile (Sonate C-DUR KV 545) de los Klazz Brothers, creo que canción más adecuada no podría existir.

Este debería ser,
neto,
fuera de pedo,
el mejor poema del SIGLO XXI

Debería llamarse "Discursos sobre la Segunda Década de un (Futuro)* Servidor (¿Publico?)"


Debería tener 7300 poemas*. Uno más divertido que el anterior. Uno más eficiente que el anterior. Uno más victoriadeSamotracia que el anterior. Uno más vino. Uno más cacao caliente. Uno más lluvia tibia.

El comando sería, en todo caso:

reg poema lluvia palabra ella ella*nosotros ///
comunidad ideología escolaridad amigos lucidez ///
inteligencia condiciónfisica música presupuesto ///
tiempo cine libros

predict poemast, xb

Imagino que al tabularlos, aparecerían (y así se llamaría la obra) "Palabras Significativas" y que el residual tendría una varianza enorme.

Valga decir que quizás el modelo de Máxima Verosimilitud no sea el indicado para este caso.

Aunado a lo anterior, para lograr ese objetivo, habría que suponer varias premisas emanadas de la teoría, a saber:

1. Se amanse a esa perra rabiosa que es la sintaxis (Ruvalcaba, 2666).
2. Durante medio Siglo la poesía fue el paraíso del tonto solemne (Parra, 2666).

La advertencia sale a la luz:

Muerto no te levantes de la tumba
qué ganarías con resucitar
una hazaña
................. y después
.................................. la rutina de siempre
no te conviene viejo no te conviene

(Nicanor Parra, 2666)





La advertencia sale a la luz:








20 años de outlier no es fácil.












*Identidad esperada. Dado que nominales sólo modifican nominales, la identidad esperada depende en el crecimiento de igual proporción de otras variables distribuidas en una función normal. Luego de aplicar Kolmogorov-Smirnov por supuesto. El probit habrá de mostrar el resultado de la probabilidad de "pasar" o "no pasar" en un esquema "dummy". El punto, en todo caso, es que la mediocridad se mediría así:


éxito=(identidad esperada - identidad) + e,


donde e representa los eventos azarosos que ocurren "a cada milisegundo en nuestro organismo".

El propósito, por tanto, sería el de



max. éxito=(identidad esperada - identidad) + e
s.a. presupuesto + raza + sexo + contactos + cultura + carisma=k


Suponiendo, claro, que las variables en la restricción tienen parámetros que se comportan de manera lineal y no hay colinealidad en ninguna de las variables.

Aquí nace la poesía

Santiago y Bolaño me vieron siempre con asco. Hoy les daría náusea hasta por las narinas de sus agujetas.

Chichifla
bocafloja
intelectual orgánico
chispeando vómito académico en libros de texto

La poesía viene de ahí
de la desesperación abrupta
del odio-agujero
de la melancolía anal
de esa fuerza inconcebible
de la fuerza del vómito
de la fuerza de grito sangrante
del balazo eterno
de la desesperación mutua
de las cárceles sin nombre sin gente sin duchas

de la ciudad que lo come todo
del concreto cirstiano renacentista
de Jesús mareado de tanto fumar
de tanto darse de palazos en la espalda



¡En un parque!
"En un parque yo saco conejos del bombín de mis axilas" (Lento río, 2666)


sábado, mayo 8

Lipsio Urbano V


Usted ve Justo Lipsio y parece un chico normal. Muy cristiano, muy arreglado, con su flequito de moda. Con el Politicorum en su mano derecha y... ¡Oh! Uno se da cuenta del engaño.

Así caí yo. Cuando me di cuenta, fue demasiado tarde...

domingo, mayo 2

Lipsio Urbano IV

IV

I M P E N E T R A B L E

¡Fuga!

El tiempo corre como un esquizofrénico despavorido por una imagen de un hado terrible. El imperio se cae pedazo a pedazo, sin conmiseración. Como si le sangraran los ojos de tanto correr, de tanto seguir esperando, de tanto escalar contra la tormenta de arena.

Hay un espacio sin nombre que se abre debajo de los mosaicos de la Catedral Metropolitana. Un hombre decide no morir y sufrir hasta que su piel se abre en pedazos.

El tiroreo caliente de los días de la canícula. El mayo rampante que se rompe filas para derramarse todo como una eyaculación.

Cuánta fuerza, cuál impacto de profundidades no homocedásticas se podría tener en cuenta.
Las predicciones no vislumbraron lo profundo de este infierno sin nombre, sin manos y sin ti.


Lipsio Urbano III

-Como tragas pinche Justo

Me daba asco. "Tragar" no era un verbo que yo usara retóricamente. En verdad. Ese hombre tomaba el alimento y lo introducía en su garganta, sin siquiera partirlo.

Nunca me ha "inspirado" confianza. Es claro que sufre de alguna enfermedad mental. Es incapaz de tomar forma.

Nunca lo he visto sólido. Siempre es un chorro de plasma que se sostiene con los grumos en su interior.

Lipsio se mueve a donde no le de el sol. [esto es una proclama política]



-¿Quién me ha robado el mes de abril?
-Yo- me contestó mientras engullía otro pedazo



sábado, mayo 1

Lipsio Urbano II

Light on the MountImage by midlander1231 via Flickr

-¿Qué hago? Maldita sea, ¿Qué hago?

-Como la piedra de río, inamovible, virtuosa, fresca.

-Me cago en tu pinche piedra de mierda.

Lipsio sorbía su café lentamente, le encantaba el café, le encantaba beberlo haciendo mucho ruido. La terraza del patio nunca se había visto tan roja como en aquél atardecer. Al fondo se oía Las mulas de moreno y los gritos de la fiesta en la casa de enfrente.

Me miró con sus ojos cafés de mujer fatal. Me dijo que no me preocupara, que los vórtices se cierran tarde o temprano.

-Habría que dejarse ir y estrellarse contra los muros. Desperdigar los sesos hasta convertirse en polvo seco de la comida de ayer. Pero si algo nos dice esta vida, es que la realidad nos da de golpe y los vórtices son sólo el pan de cada día de los locos, los enfermos mentales, los presbíteros pederastas, los hombres-abismo y las mujeres-secreto-impenetrable.

-Mi vida es como la tuya, eso me da mucha tristeza.

Subí el volumen de la canción St. James Infirmary de la Rotterdam Ska-Jazz Foundation. La canción se hizo tan grande que no cabía en el patio. Tuvo que crecer a discreción, como quién se monta en un perro.

-Los perros me gustan mucho.

Cuánto asco me dio ese día.

Lipsio urbano

I
Me lo encontré un día en el metro Polanco. Habíamos tenido sesiones maratónicas de parloteo sin sentido. Habíamos hablado de las medias de la Señorita Ximena González y de ese vestido tan revelador de la chica de a lado.

Él era un enfermo sexual. Hay que decirlo: el neoestoicismo parecía no ser impedimento para su perversión.

No puede más. Tuve que decírselo.

-¿De veras no te da hueva? Es decir, ¿de veras no te dan ganas de ponerte a llorar?
- A veces, cuando veo el techo de mi cuarto, cuando me miro en el espejo luego de la masturbación, pienso en los zorros y las lechuzas, pienso en las armaduras y la sangre.

La respuesta no me sorprendió. Era claro que Justo -creo que tengo el derecho de llamarlo así - tenía tras de sí un halo de decepción inconmensurable.

-No te contengas -vaya paradoja- dímelo.
-No tendría por qué. La vida en realidad se basa en un montón de partículas que se unen un día en un segundo y luego se van y dejan su lugar a otras. ¿Por qué no esperar y dejar que el viento se lleve mis cenizas?