jueves, junio 18

Después de la lluvia y el plano tangente

tomo mis audífonos, me siento frente al ordenador

y mientras Héctor Infazón sangra sus dedos de puro candor somnoliento
me quedo pensando en un montón de ancianos mixes comiéndome
en mitad del cerro

yo sólo sé
que la carnosidad de mis ojos no puede más
está como embebida
como en un magreb a medio defecar

es un reflejo de mí, supongo
por allí,
flotando
en medio del shaming de la humanidad

¡Qué va!
si nada vale la pena
si todo lo que sube tiende a caer
como las intenciones de voto
como la bolsa británica
como general motors
como el multiplicador keynesiano
todo tiende a 0
todo deja de valer
cada uno de nuestros miembros se separan
cada mucosa sale disparada cual rayo redentor


¡Yo soy una apropiación!

¡Yo no puedo más!
¡Pareciera como si me fueran a saltar los dedos!
La mugre de mis uñas se queda esparcida por el teclado
parte de mí se mete en las hendiduras de las teclas
cada una me posee
me apropia
me tiene sin sentido en un ritual monoaural estereofónico

¡Soy una onda catastrófica que recorre el mundo!

La ciudad me parece lo más bello de la TIERRA MISMA
a mi la mugre que corre por Santa Fake me excita
me tiene en un arrullo mutante de luces quasi cóncavas
me posee como un dominio absoluto, indivisible, completo, brutal, senil, pueril

yo no creo más en las palabras
para mí el crepúsculo debería ser llenado de excremento
prefiero morderme las uñas de los pezones
antes de curarme con ácido las heridas


una vez más
el adium me engaña
parece que fueran dos
pero yo digo que sólo es una